En busca de la Razón | David Razo

Para diciembre del 2020, al menos 12 millones de personas han quedado desempleadas a causa de la pandemia. Sí antes era complicado encontrar un empleo digno, ahora las posibilidades se han reducido de forma drástica.

Al parecer nuestros líderes no se preocupan tanto por la pandemia y por consiguiente por el empleo (y hasta por los empleadores).
Algunos de los planes de contingencia que generaron para “combatir” los estragos que estaba causando la pandemia fueron absurdos, por no decir que un mal chiste para quienes pasaban por las peores situaciones.
Con decir que una de las estrategias que se estaba implementando era el de apoyar a microempresarios con 500 millones de pesos. Los cuales se repartieron en 50 mil microcréditos de 10 mil pesos…
Como si esa cantidad fuera a subsanar el gran problema al que se enfrentó el empleo en México. Estos datos fueron comentados por la secretaria de Administración y Finanzas, Luz Elena Gonzáles Escobar.
Con todo lo que acaba de ocurrir (pandemia del COVID 19), nuestro país expuso sus puntos más débiles. Algo que todos conocíamos solo se agravó.
El empleo de los mexicanos trabajadores se ha visto vulnerado. Yo, como alguien que ha sido víctima del desempleo previo al coronavirus. Entiendo perfectamente el estrés e impotencia de no conseguirlo. Ahora, con todo lo que acaba de suceder, no puedo ni imaginar cómo los desempleados lo pasaron.

Y, peor aún, las personas que se vieron obligadas a trabajar por un menor sueldo, pero con las mismas responsabilidades para evitar ser liquidados de sus empresas.
Los trabajadores mexicanos son conocidos por su dedicación, entrega y compromiso. Lastimosamente, muchos empresarios se aprovechan de ello.
México no es conocido por dar la mejor estabilidad laboral, los mejores horarios o un excelente seguro social y eso no es ninguna sorpresa para los mexicanos. Tristemente pareciera que el solo mencionarlo es sinónimo de una broma, un chiste.
Esto tiene que cambiar, porque también hemos sido parte del problema, en el sentido de que los hemos dejado abusar de nuestra labor; nuestra mano de obra.

De los pocos más de 127 millones de mexicanos menos de la mitad (55 millones) son la población económicamente activa. De los cuales, una gran cantidad de ellos no cuenta con prestaciones, seguridad social y por si fuera poco una mala remuneración económica, es decir, un salario insuficiente para solventar los gastos del hogar.
Aunado a esto, está la discriminación en el trabajo, la desigualdad económica que se vive. Un ejemplo de esto, es la comparativa del salario promedio que gana un hombre a una mujer.
Este es uno de los problemas que se tiene que atacar. No es posible que en pleno siglo 21 aún existan diferencias de este tipo.
Otro grupo que es vulnerado son las personas con discapacidad. La oportunidad de empleo es deficiente y muchas veces su condición parece ser motivo para no ser incluidos, pero esto solo es desinformación.
Tienen los mismos derechos que nosotros y, por consiguiente, las mismas oportunidades, pero esto no se ve reflejado en la realidad…
Por esto y más necesitamos un cambio. El salario, la dignidad de un trabajador no deben de ser vulnerados en ningún aspecto. Cualquier mexicano debe de tener una garantía laboral. Esto es una forma indirecta de combatir lo que más aqueja a México: el crimen, la impunidad.
El trabajo digno es una base para evitar la delincuencia, ya que muchas personas por la desesperación se ven orilladas a esto.
Todos tenemos derecho a un cambio, a levantarnos. Por eso debemos de ponernos de pie este 6 de junio.
He decidido levantarme para hacer un cambio. Estoy preocupado por mi familia, por mis hijos, mis colegas, mis conocidos.
Tenemos que ser solidarios, y es un trabajo que estoy dispuesto a hacer. Ponerme la verdadera camiseta, la de México.
Este 6 de junio, te pido que hagas un voto RAZONADO. Un voto con conciencia. Necesitamos un cambio y por algo debemos comenzar.
Vota por el PES, vota por David Razo.
